Una infraestructura extensa es necesaria principalmente para los vehículos comerciales que cubren largas distancias. Un número suficiente de cargadores accesibles al público, con velocidades adecuadas, es esencial si queremos anticipar un uso más intensivo de los camiones eléctricos en el transporte internacional en los próximos años.

La velocidad también es una característica crucial. Los cargadores rápidos permiten a los camioneros recargar sus vehículos de una forma significativa durante los descansos de 45 minutos legalmente definidos y continuar conduciendo hasta el final del límite de conducción diario, o hasta llegar a su destino final.

A principios de 2023, Aral, una empresa que supervisa miles de gasolineras en toda Alemania, abrió el "primer corredor europeo para cargar camiones eléctricos". Se trataba de instalar seis cargadores de alto rendimiento en paradas de camiones a lo largo de un corredor de 600 kilómetros en Ródano-Alpes, una de las rutas logísticas europeas más transitadas. Se anunció entonces que, gracias a la velocidad de carga, es posible proporcionar una recarga para unos 200 kilómetros de conducción en esos 45 minutos.

Se plantean más estaciones de carga en toda Europa a partir de 2025.

Aunque haya proyectos cada vez más comunes donde los fabricantes de vehículos, los propietarios de gasolineras, las empresas de logística e incluso los propietarios de bienes (fábricas, cadenas minoristas, etc.) trabajan juntos para establecer una infraestructura de carga, la red pública integral de cargadores de vehículos eléctricos es un tema que los gobiernos y los estados tendrán que abordar de una forma activa en el futuro cercano.

A finales del año pasado, la Unión Europea adoptó una nueva legislación destinada a proporcionar una mayor capacidad de carga pública en las calles de las ciudades y en las carreteras del continente entero. El dichoso Reglamento de Infraestructura de Combustibles Alternativos (AFIR) se considera uno de los escalones de la política "Fit for 55" de la UE, que permitirá al sector del transporte reducir significativamente su huella de carbono.

"Somos optimistas sobre la posibilidad de cargar los vehículos eléctricos en un futuro próximo con la misma facilidad que lo hacemos actualmente en las gasolineras tradicionales", afirmó Raquel Sánchez Jiménez, ministra española de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana

El reglamento establece objetivos específicos que deben cumplirse para 2025 y 2030. Entre ellos se encuentran:

• A partir de 2025, se deberán instalar estaciones de carga rápida de al menos 150 kW para coches y furgonetas cada 60 km a lo largo de los principales corredores de transporte de la UE (las llamadas Redes Transeuropeas de Transporte - TEN-T).
• A partir de 2025, deberán instalarse estaciones de carga para vehículos pesados ​​con una potencia mínima de 350 kW cada 60 km a lo largo de la red principal de la RTE-T y cada 100 km a lo largo de la red RTE-T integral (con cobertura completa en 2030).
• A partir de 2030 se deben instalar estaciones de repostaje de hidrógeno que sirvan tanto a automóviles como a camiones en todos los nodos urbanos y cada 200 km a lo largo de la red principal de la RTE-T.
• Los puertos marítimos que reciben un cierto número de grandes buques de pasajeros o portacontenedores deben proporcionar energía en tierra para dichos buques para 2030.
• Los aeropuertos deben proporcionar energía a las aeronaves en todas las salidas para 2025 y en todos los puestos remotos para 2030.
• Los usuarios de vehículos eléctricos o de hidrógeno deberán disponer de opciones de pago fáciles en los puntos de recarga, mediante tarjetas de crédito o dispositivos contactless, sin suscripción y con total transparencia de precios.

Furgonetas eléctricas populares en los Países Bajos, España, Francia...

El uso del vehículo eléctrico en el transporte comercial no sólo forma parte del Plan Verde Europeo, sino también de nuestro presente. A pesar de que el diésel sigue ocupando el primer puesto, los datos sobre las matriculaciones de vehículos nuevos en la Unión Europea en 2023 muestran que la proporción de propulsión eléctrica lleva un claro aumento.

Esto es más pronunciado en la categoría de furgonetas (hasta 3,5 toneladas), donde las ventas aumentaron un 56,8% respecto al año anterior, con una cuota de mercado que pasó del 5,4% al 7,4% (el diésel cayó del 85,7% en 2022 al 82,6%). en 2023). El cambio está impulsado principalmente por el crecimiento en mercados europeos clave, liderados por los Países Bajos, España y Francia. En total, en la Unión Europea durante 2023 se matricularon poco menos de 108.300 furgonetas eléctricas (de batería o híbridas enchufables); en 2022, esa cifra era inferior a 70.000, según el último informe de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA).

A pesar del panorama diferente para los vehículos pesados ​​(donde el diésel tiene una cuota de mercado firme del 95,7%), las matriculaciones de camiones eléctricos nuevos registraron un impresionante crecimiento del 234,1%, alcanzando las 5.279 unidades. Los principales impulsores del crecimiento son los Países Bajos y Alemania, que juntos representan más del 60% de las ventas totales de camiones eléctricos en la UE. Los camiones eléctricos representan ahora el 1,5% del mercado, una mejora significativa respecto al 0,8% del año anterior.

Si esta cifra te parece pequeña, no olvides que todos los principales fabricantes de vehículos europeos predicen que el futuro es eléctrico y no sólo para el sector de las furgonetas. Por ejemplo, IVECO, que lanzó una línea completamente nueva de vehículos eléctricos a finales de 2023, pronostica que la proporción de camiones eléctricos en la UE será del 5-10% para 2025 y aumentará al 20-40% para 2030. En la categoría de vehículos comerciales ligeros, el crecimiento previsto es aún más rápido, alcanzando entre el 10 y el 20 % del número total de matriculaciones en 2025, y luego entre el 30 y el 50 % en 2030.

Cómo se desarrollará la construcción de la red de carga y cómo se financiará son preguntas a las que pronto obtendremos respuestas. De lo que no hay duda es que el desarrollo intensivo de la red de carga de vehículos eléctricos es necesario para que la descarbonización del transporte se consolide plenamente.